La solución de la cuestionada elección del Tribunal Constitucional en debate
Hace algunas décadas, Giuseppe Tomassi de Lampedusa escribió una obra que, trasladada al cine, sería un gran éxito: El Gatopardo. La premisa de la obra es una visión de la adaptación de las clases altas a la nueva situación en la Italia reunificada, intentándose camuflar entre la burguesía aspiracional que lideraba el proceso de cambios en 1870. Que todo cambie un poco para que nada cambie era la premisa básica del protagonista de la película.
Mucho de eso hay en la solución dada para el zafarrancho que ha resultado ser la elección del Tribunal Constitucional. Si bien es cierto que la Junta de Portavoces del Congreso decidió anular la elección de los 4 elegidos el miércoles pasado – cuestión que debió haber hecho antes -, lo que deberá ser confirmado por el Pleno en esta semana, hay un claro sabor amargo en la solución final de este tema, sobre todo, por lo que hemos conocido en las últimas horas.
Los resultados de la evaluación: Ayer El Comercio difundió las supuestas notas de la evaluación curricular y la entrevista personal a los postulantes. Todas sumaban 65, lo que indicaba que la elección había sido más arreglada que el Perú – Argentina del mundial de 1978.
Sin embargo, horas más tarde, Rosa María Palacios aclaró el entuerto. Bueno, mejor dicho, confirmó el amarre, que se había producido de otra manera:
Cada uno de los 7 miembros califico sus 19 entrevistas sobre 60. Esos puntajes debían ponderarse en la última sesión de la Comisión. Eso nunca ocurrió por el apuro. Lescano denunció esto en PL la semana pasada.
Es decir, nunca se sumaron los puntajes de la entrevista. Y aunque ahora Aurelio Pastor niegue algún mal manejo en relación a este tema, se sigue negando a publicar los puntajes de las entrevistas. ¿Por qué?
La permanencia de una Comisión cuestionada: A estas alturas del partido, Aurelio Pastor goza de tanta credibilidad como la tendría José Francisco Crousillat hablando de ética en medios de comunicación. Y los chamuscados miembros de la comisión, a excepción de Lescano, han terminado siendo las comparsas de lo que pudo ser el funeral de la constitucionalidad en el Perú.
Ahora, cual huérfanos merecedores de tutela, los miembros de la Comisión serán “asesorados” por la Junta de Portavoces del Congreso. Es decir, le han salvado la cabeza a Pastor y le han dado una nueva oportunidad de hacer las cosas bien. Demasiado premio para alguien que, por lo menos, ha pecado de incompetencia funcional grave, por no hablar de actitudes que lindan con la mala intención y el amarre.
El Presidente “salvador”: Ayer Alan quiso pegarla de componedor de la situación y se fue al Congreso. Como lo alertáramos ayer, uno de los temas de los que trató en la reunión fue el del Tribunal Constitucional, olvidándose de la separación de poderes y pretendiendo aparecer como lo que quiere ser: el Mesías solucionador de todos los problemas en el Perú.
Y claro, para pretender pasar piola, “Su Majestad” quiso poner de contrabando temas que ya había tocado largamente ante la prensa: el límite marítimo con Chile, las enmiendas al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la seguridad ciudadana. Es decir, fue con un pretexto para cambiar la agenda.
El Mesías de 1985 ha vuelto por sus fueros. Pero claro, tiene una prensa menos echada que en esos años en los que gente con carteles iba a los balconazos a decir “Alan, haz lo que quieras”.
A estas alturas, varios analistas han comentado sobre las verdaderas intenciones que ha tenido el Gobierno frente al Tribunal Constitucional. Tanto Augusto Alvarez Rodrich como Fernando Rospigliosi han alertado sobre una voluntad de copamiento de varias instituciones. Lo ocurrido con los organismos reguladores es una pésima señal en ese sentido y, claro, a través de su periodista favorito, dan a conocer que es lo que temen: un resultado desfavorable en la demanda contra la Ley que controla a las ONG’s. El director de Perú.21 va más allá en las conjeturas: los rumores palaciegos sobre el intento de modificar la Constitución para permitir de nuevo la reelección presidencial inmediata.
And, last but not least, la salvada de cuello a Cevasco: Al cuestionado Oficial Mayor del Congreso, que había merecido requintada en vivo y en directo por la Presidenta del parlamento, solo le dieron 15 días de suspensión, tiempo suficiente para que se acabe la legislatura y la próxima persona que ocupe la Presidencia – es decir, otro compañero – le renueve la confianza.
Tremenda joya que permanece en su puesto, lo que demuestra que el proceso estaba recontra amañado.
¿Qué hacer ahora? Pues seguir alerta con esto, poner varios ojos sobre esta elección que resulta siendo crucial, no solo para los intereses de unos cuantos, sino para todos nosotros. Nuevamente cabe recordar que el TC ha resuelto temas que nos competen a todos: desde los inseguros buses – camión hasta las regalías mineras, desde los contratos de estabilidad jurídica hasta cuestiones del proceso de descentralización, desde los criterios para reponer a un trabajador luego de un despido inconstitucional hasta la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad. Por eso, esta elección me importa a mi, a quienes leen frecuentemente este blog y debiera interesarnos a todos. De nosotros dependen que el síndrome de El Gatopardo no se produzca y las cajas de Gravol no se agoten en las farmacias de Lima.
COMO NO LE QUEDO OTRA: Cevasco presenta su renuncia irrevocable.
MIENTRAS TANTO: Yohny Lescano pone en su sitio a Rolando Souza.