Las Bambas: de proyecto modelo a conflicto social

(Inmediaciones de Las Bambas, el lunes. Foto: La República)

Cada vez que le preguntaba a observadores de la minería peruana – de todos los bandos – sobre algún proyecto exitoso en términos sociales, existía consenso: Las Bambas. Percibido como el ejemplo a mirar – aunque no exento de dificultades -, hoy está en el centro de la noticia como el conflicto social más fuerte, con cuatro fallecidos. ¿Qué pasó en el camino? Aquí algunas respuestas.

(Las Bambas, cuando todo era tranquilidad. Foto: Otra Mirada)

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROYECTO LAS BAMBAS?

Ubicado entre las provincias de Grau y Cotabambas de la región Apurímac, Las Bambas es un proyecto minero en el que se habían hecho labores de exploración desde la década de 1940. La mina es rica, sobre todo, en cobre. Se trata de uno de los yacimientos de mayor envergadura del país.

Mediante un proceso manejado por Proinversión, se otorgó la concesión a la suiza Xstrata AG. Dentro de las condiciones de firma del contrato respectivo, se comprendió un importante aporte social, que sería manejado por un fideicomiso. La zona aledaña al proyecto es una de las más pobres del país. Si bien la empresa trató de manejar la relación en forma modélica, la relación con las comunidades no estuvo exenta de tensiones, sobre todo, debido a las expectativas de mayores recursos y acceso a puestos de trabajo.

Así, todo se encaminaba a la puesta en marcha del proyecto, hasta que, en 2013…

(Los nuevos dueños chinos de Las Bambas)

DE LOS SUIZOS A LOS CHINOS

Luego de una compleja operación que comprendió la aprobación de los cuerpos regulatorios de Reino Unido, la Unión Europea, Sudáfrica y China, en 2013 se concretó la fusión de Xstrata con la transnacional Glencore International PLC. La nueva empresa Glencore Xstrata se convertía en una de las mayores mineras del mundo.

Pero había una condición. La regulación china había ordenado que, para dar pase a la fusión, Glencore Xstrata debía vender sus intereses en Las Bambas, para evitar distorsiones en el mercado cuprífero. De allí que varias empresas de la potencia asiática estuvieran interesadas en la mina.

La favorecida fue MMG, integrada por China Minerals (estatal), Guoxin Investment International y Citic. Y allí comenzaron nuevos problemas.

(Para el Ministerio de Energía y Minas, aquí no pasaba nada. Foto: MINEM)

LA MODIFICACIÓN DEL ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL

Cuando los chinos llegaron a Las Bambas, Noticias SER alertaba que:

el proyecto contemplaba la construcción de un mineroducto que atravesaba tres provincias hasta llegar a Espinar, que de acuerdo a una información periodística habría sido cancelado, lo que sin duda requerirá una modificación del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto.

Y he aquí la madre del cordero del conflicto, dado que no fue el único cambio. Como indica La República, a la cancelación del mineroducto se sumó la construcción de una planta de molibdeno, que podía afectar a una de las fuentes de agua de la zona, así como la edificación de una planta de filtros en el lugar.

Esto ha llevado a que un sector de un sector de ciudadanos solicite que, ante los cambios en el Estudio de Impacto Ambiental por estas modificaciones en el proyecto, el mismo sea sometido a consulta previa. Pero el Ministerio de Energía y Minas aduce que existe un informe técnico sustentatorio de 2013 sobre ambas plantas, que indica que no tendrá efectos ambientales. Para el MINEM, estas variaciones no deberían llevar a una consulta previa.

(Challhuahuacho, la ciudad que ha crecido desordenadamente al amparo de Las Bambas. Foto: Mapas Perú)

LA ARISTA SOCIAL

Ayer, en Ideele Radio, el exministro del Ambiente Ricardo Giesecke manifestó que también existía un problema social, derivado de la reducción de la demanda de mano de obra no calificada, por parte de la empresa.

Dado que la mina arrancará (en principio) sus labores de explotación en el primer trimestre de 2016, se requerirán obreros calificados para la misma, que no son abundantes en la zona de influencia del yacimiento. A ello se suma, como indica Fernando Vivas en su columna de hoy, también se han sumado a la paralización los camioneros de la zona, a quienes no contratan por no cumplir determinados estándares.

Al mismo tiempo, Giesecke señaló que también existían “mafias” intentando medrar en torno a un posible incremento de la suma a otorgar a las comunidades y a los gobiernos locales, en un contexto de baja del precio del cobre. Abonaría a la tesis del exministro el hecho que, dentro de las demandas, se encuentran propuestas insólitas como el cierre de emisoras de radio cercanas a la empresa, junto al petitorio arriba reseñado. Evidentemente, este tipo de medidas entran de contrabando junto a las naturales preocupaciones ambientales.

UNA HISTORIA QUE SE REPITE

En julio de 2015, La Mula recogía la opinión de José de Echave, subdirector de Cooperación, quien ya alertaba que, uno de los conflictos que se activaría en los siguientes meses sería Las Bambas, por los motivos ya anotados.

Pero, a pesar de las advertencias, el gobierno repitió el mismo libreto de toda la vida: no atender las demandas a tiempo, subestimar la situación y, cuando el viernes estalló el paro, pasar a la estrategia meramente represiva. Hoy, cuatro familias lloran a sus fallecidos.

A fin de cuentas, hace falta aquello que Javier Torres Seoane, una de las personas que mejor conoce los conflictos mineros en el Perú, indica en el reciente número de Poder:

La gente quiere respuestas claras e inteligentes del sector minero. La gente quiere respeto. La gente quiere saber exactamente qué es lo que va a ocurrir con sus tierras y sus aguas, no solo ahora, sino en el futuro. Y, sobre todo, la gente no quiere que le recuerden cuáles son sus problemas ni su pobreza, porque los conocen bien. Por eso, más allá de las normas y del manido discurso de la tramitología, si no hay inteligencia ni una actitud distinta del sector, será imposible salir del ciclo de conflictos.

Pero luego de ver hoy el comunicado de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, parece que seguiremos repitiendo ese párrafo hasta el fin de nuestros días.