Panorama político pre Fiestas Patrias

Husares

VICTOR TICONA: El Presidente del Poder Judicial, por primera vez en año y medio, dejó el perfil bajo que ha caracterizado su gestión para impulsar una investigación a los magistrados que dieron las dos sentencias sobre violencia de género que han generado una fuerte reacción ciudadana. Queda en sus manos convocar a un pleno jurisprudencial para abordar los criterios con los que los jueces procesan esta materia.

CESAR ACUÑA: Busca jugar un rol equidistante del nuevo gobierno y de la oposición. La negativa para ser parte del nuevo gabinete apunta a ello. Tendrá que apagar dos incendios: el de la furia de Luis Iberico por quedar fuera del equipo ministerial – era bolo fijo en Defensa – y el suyo propio, al aceptar que no fue autor ni coautor del libro del docente Otoniel Alvarado.

JUAN LUIS CIPRIANI: Con perfil bastante bajo para sus estándares. Solo se pronunció sobre el proceso electoral en los tramos finales. No cabe duda que el año pasado – con sus propios plagios y las denuncias de abusos en el Sodalicio como principales cruces – fue su peor hora. Comenzando a hacer el cabildeo para tener a alguien afín como sucesor en el Arzobispado de Lima, que dejará por temas de edad en año y medio.

JULIO GUZMAN: Alternando las giras dentro y fuera del país, junto a la presentación de su libro testimonial sobre su frustrada candidatura presidencial, como puntas de lanza del Partido Morado. Futuro escrito en un gran signo de interrogación: puede ser alguien con opciones para el 2021, pero también convertirse en un postulante con pocas posibilidades.

MERCEDES ARAOZ: Fuera del gabinete por la decisión de PPK para no incorporar a congresistas de su partido. Con un perfil más activo en temas de género en comparación al rol que tuvo durante el segundo gobierno de Alan García. Queda por definir el rol que jugará en el nuevo gobierno, más allá de sus funciones parlamentarias. Bagua y las pensiones militares seguirán siendo sus flancos débiles, recordados desde la oposición.

MARISOL PEREZ TELLO: Como ministra de Justicia y Derechos Humanos está en la cancha que le es más afín (de hecho, le habían propuesto antes el Ministerio de Ambiente). Por el alto perfil político que tendrá, queda casi descartado que sea, como propuso Luis Bedoya Reyes, la nueva presidenta del PPC. Su partido queda en futuro incierto, dado el empate existente entre las fuerzas en pugna.

ALFREDO BARNECHEA: De vacaciones momentáneas de la política, mientras se acentúa la división en Acción Popular entre Mesías Guevara y Víctor Andrés García Belaúnde. La pregunta es si ejercerá un mayor liderazgo al interior de la agrupación.

ALAN GARCIA: Plan sabático. Se va a la Universidad Complutense de Madrid por temas académicos, lo que implica su mudanza, rumoreada desde abril. Solo volverá a Lima por cortas temporadas, debido a cuestiones familiares. En medio, dejará el cargo de Presidente del APRA, en tanto que Enrique Cornejo anda recorriendo el país para ser el nuevo secretario general del partido.

LUZ SALGADO: Con perfil más bajo hasta el momento de su elección como presidenta del Congreso, necesario luego de su entrevista llena de exabruptos en El Comercio. A pesar de la misma, sigue cosechando adhesiones inesperadas a su nuevo puesto, como la de Diego García – Sayán hoy en La República. Veremos cuál versión prima al final: la dureza de los noventa o la relativa serenidad del 2000.

MARTIN VIZCARRA: Convertido en uno de los hombres fuertes del flamante gobierno. Ocupa un ministerio, colocó a una persona de confianza en otro donde PPK tiene la mira puesta – por los temas de agua – y, sin duda, será el nexo con las regiones. A la espera de la creación del Ministerio de Apoyo a las Regiones.

ALFREDO THORNE: Poniendo paños fríos a las expectativas sobre su gestión y, al mismo tiempo, mandando mensajes respecto de la excesiva dependencia de la economía peruana de los precios internacionales. ¿Asumirá el Plan de Diversificación Productiva impulsado por Piero Ghezzi?

FERNANDO ZAVALA: Culminada su ronda de entrevistas con las bancadas, sabe mejor que terreno pisa. Con un perfil bastante prudente y componedor, ha buscado armar un equipo alineado con sus propias preferencias. Su rol estelar se iniciará en la quincena de agosto, cuando vaya al Congreso para presentar su política de gobierno.

VERONIKA MENDOZA: Lidiando con dos cuestiones al mismo tiempo. De un lado, consolidar una voz opositora de izquierda, donde sus congresistas serán sus principales voceros. De otro lado, hilar fino dentro de un conglomerado donde un solo partido tiene inscripción legal. Decisiones pospuestas en el Frente Amplio hasta septiembre, en lo que se refiere al estatus del resto de grupos zurdos.

KEIKO FUJIMORI: Por viajar a Estados Unidos de vacaciones y en plena mudanza de oficinas – para evitar cualquier nexo con Joaquín Ramírez -, la lideresa de Fuerza Popular está plenamente convencida que su derrota es culpa de otros (el Grupo El Comercio y el gobierno), pero no suya. Alienta los exabruptos de las últimas semanas en el entendido que ello fortalecerá la cohesión interna de su bancada. Sin planes de mediano plazo por ahora.

NADINE HEREDIA: Midiendo declaraciones y apariciones públicas. Comenzó el gobierno siendo uno de sus principales activas y el pésimo manejo político de sus temas judiciales la terminó convirtiendo en su peor pasivo. Confía en salir airosa en el terreno penal, pero el daño a su imagen está hecho.

OLLANTA HUMALA: Su torpeza política hace que lo bueno de su gobierno ni siquiera sea resaltado. El aislamiento político en que termina hace que solo figuras académicas o mediáticas salgan a remarcar los éxitos en varias políticas de Estado. Sin futuro conocido en términos políticos luego del 28 de julio, dado que lo que tenía como estructura partidaria, simple y llanamente, se rompió en mil pedazos.

PEDRO PABLO KUCZYNSKI: Dando muestras de un estilo. Campechano, relajado, pero a la vez, técnico y firme cuando haya que serlo. Por ahora, gozando de la luna de miel que no tendrá a partir de 28 de julio. Sin mayores errores en su etapa de presidente electo. Mucho control en adelante con algunas reacciones y declaraciones, cuestión que le jugó mal en su etapa como candidato.