TAMBIEN VIENE…

La trayectoria de Genaro Delgado Parker

1959. Los hermanos Genaro, Héctor y Manuel Delgado Parker fundaron Panamericana Televisión, el segundo canal comercial en salir al aire.

Rápidamente, Panamericana se convirtió en el canal más importante del país. Las grandes figuras de la televisión peruana estaban allí: Martinez Morosini, Pablo, Kiko, Ferrando. El viaje a la Luna fue visto por casi todo Lima en el 5. “Simplemente María”, el mayor producto de exportación de la televisión peruana, fue producido en PANTEL.

Pero llegó el gobierno militar y la familia no se alineó con el régimen. Genaro se fue a hacer televisión a la Argentina con José Enrique Crousillat, quien hacía sus pininos televisivos. Sin embargo, ya en esa época hizo grandes jugadas políticas a fin de preservar lo más que se pueda el canal para cuando regrese la democracia. Tal como lo relata Fernando Vivas en su historia de la televisión nacional, GDP fue un lobbista clave para que la participación de Panamericana en Telecentro, la productora creada por la expropiación de los canales 4 y 5, fuera mayoritaria. Es más, GDP ingresó por unos cuantos meses como director de Telecentro. Se cuenta que cuando los Delgado regresaron a Pantel les dijeron a los militares directivos de la productora estatal: “gracias por cuidarnos el negocio”.

Regresaron los Delgado con el fin de la dictadura. Y los ochenta fueron años felices para ellos. Tenían los ratings más altos con “Aló Gisela”, “Risas y Salsa”, “Trampolín a la Fama” y los partidos de la selección de fútbol. Sus programas periodísticos eran sinónimos de credibilidad.

Pero la política lo arruinó todo: Genaro se alineó con Vargas Llosa y eran públicas las simpatías de Héctor por Alan García (llegando a ser representante del Estado en la polémica compra de los aviones Mirage a Francia). La lucha política producida en las elecciones de 1990 (con intentos de Genaro por estar bien a la vez con García y Mario Vargas Llosa) dividió a la familia y Genaro se alejó de Panamericana para dedicarse a otros negocios.

Mario Vargas Llosa dice lo siguiente de GDP en su libro de memorias “El Pez en el Agua”:

Desde que trabajé con él, como periodista, aún adolescente, en radio Panamericana (paréntesis, GDP era “Genaro hijo” en “La Tía Julia y el Escibidor”), había sentido una irremediable simpatía por Generao; pero siempre tomé con un grano de sal sus declaraciones de amor políticoñ. Pues creo conocerlo bastante para saber que su gran éxito como empresario se ha debido no solo a su energía y talento (que tiene de sobra) sino, también, a su genio camaleónico, su habilidad mercantilista para nadar en el agua y el aceite y persuadir al mismo tiempo a Dios y al Diablo que es hombre suyo

El 5 de abril de 1992, Manuel Delgado Parker fue al “Pentagonito” para que Fujimori le dijera las medidas que iba a tomar. No hubo mayor resistencia. La Asociación de Radio y Televisión presidida por Genaro no condenó abiertamente el golpe de estado, que era lo correspondía.

La sintonía fue cayendo. Trajeron en 1996 a Genaro para salvar el canal. Pero las luchas internas minaron los planes y finalmente el canal quedó en manos de Ernesto Schutz Landázuri, empresario de la industria del papel (higiénico) y quien luego se vendería a Montesinos.

Luego Genaro optó por fundar una productora, Astros, donde contrató las mejores figuras del medio e inició su sueño de tener una especie de CNN en señal abierta. La productora hizo programas para Global Televisión. Contrató a Hildebrandt en 1998 y su programa se convirtió en una de las pocas tribunas para la oposición. Hasta que se peleó con el periodista en público en uno de los momentos más memorables de la historia de la televisión peruana:

¡Lanza tu candidatura nomás!
– Y tu sigue defendiendo Tiwinza, Genaro, como siempre
.

Al igual que Manuel Delgado y Ernesto Schutz, Genaro quería resolver sus juicios lo más rápido posible, pero no en el Poder Judicial. Fue donde Montesinos, acompañado del ya para entonces millonario (y hoy preso) Víctor Joy Way. Aceptó todo, a cambió de una condición: Hildebrandt no regresa. La condición fue cumplida, Hildebrandt no regresó. Genaro fue procesado años más tarde de dicha conversación, pero, viejito él, candidato a una plaza en el asilo “Canevaro”, se acogió a un periodo de prescripción más corto y evito ir a San Jorge.

Pero obtenido lo que quería (es decir, Hildebrandt fuera de la televisión), Montesinos lo dejó preso de sus acreedores. Se aprovechó un lío de accionistas para dejarlo fuera de Red Global. Fue al sistema interamericano de defensa de los derechos humanos. Y caída la dictadura recuperó el canal 13.

Luego comenzó a bregar por recuperar Panamericana y la serie de medidas cautelares se fueron sucediendo. La guerra mediática era feroz a través de los medios. Los periodistas de los bandos Schutz y Delgado perdían credibilidad al mismo tiempo que los ataques subían de tono. Así, entre cautelares en el Callao y en los tristemente célebres juzgados del Cono Norte, llegamos a la famosa escena de la toma de Panamericana, con baldes de pintura, extintores, roturas de lunas, matones de poca monta y dos mafias enfrentándose por un canal que debió ser licitado en un concurso público transparente.

Y claro, la política siempre detrás: el fujimorismo apoyaba a Schutz, pretendiendo presentarlo como “perseguido político” del gobierno de Toledo (patraña que se cae cuando se fuga una y otra vez, tanto de Perú, luego de Argentina, para recalar ahora en Suiza). Mientras que Fernando Olivera y un bando del gobierno aplaudía las complacencias y sobonerías de Genaro para con el régimen y Toledo iba para que Jessica Tapia le haga “entrevistas” dignas de “El Especial de Humor”.

Señor presidente, su partido falsificó firmas, ohhh? (por favor, repetir con tono de declamación de niño de tercero de primaria)
– ¡Alejandro!
– Se repite, toma 2,
– Tomo 2 (segundo whisky etiqueta azul)

Antena fría, programas mediocres, credibilidad por los suelos. Este es el legado de Genaro Delgado Parker en su nueva etapa en Panamericana.

Y hoy vuelve con su verdadera faz, la del empresario mercantilista e inescrupuloso en que ha devenido. Dejo de ser el “zar de las telecomunicaciones” (Carlos Alvarez dixit) para ser el “rey del recurseo” a través de los lobbys que montaba con Olivera. Aconsejaba al Presidente mientras se mofaba a sus espaldas. Sobaba al régimen mientras conversaba con los líderes de la oposición para seguir sobreviviendo, como ha sido su costumbre, estando bien con el gobierno de turno. Y, además, tratando a las personas con modales de hacendado “pre reforma agraria”.

¡Este es Genaro, que les parece!

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